Y mucho menos a ti...
Hoy tengo por fin un poco de
tranquilidad, y justo ahora decides hacerme una visita, regalarme ese
privilegio que es pensar en ti aunque sea por un momento. Y yo odio
tu capacidad para hacerme sentir tan bien, tan terriblemente lleno,
tan desagradablemente feliz, tu capacidad para hacer que lo vea todo
con un poquito más de luz; las diez de la noche y el reflejo de tu
pensamiento iluminando todo el cielo. Y odio eso porque nunca te has
dignado a regalarme algo de TU luz, en lugar de la que produce tu
recuerdo...
Hoy estás más radiante que nunca,
puedo verlo desde aquí, aunque no estés conmigo, puedo sentirte más
cerca que nunca, sobre todo después de esta tarde. Te
quiero. Las luces de Granada le dan un brillo especial a la
realidad; tu sonrisa me ilumina el
corazón y la fuente arroja una tenue luz sobre nuestro
parque, aquél donde, casi sin querer, caminamos de la mano por
primera vez. Un paseo inocente, agradable, y entre dos amigos. Pero
ambos sabíamos que eramos mucho más que eso; y la luna, junto con
la música, nos delató, y casi sin darnos cuenta nos sorprendimos
paseando de la mano, confesándole a las estrellas nuestros secretos
más íntimos, observando como el río escuchaba atento nuestra
historia...
Nunca olvidaré ese sentimiento,
nunca olvidaré ese día, y mucho menos te olvidaré a ti :)
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