Vanilla Sky...
“Que me abraces cuando menos me lo espere...” y parar el tiempo otra vez, juntos como al principio, soñando por los tejados de Granada; que compartas esta vista conmigo, un atardecer con música, sentado sobre las tejas de la ciudad, el cielo naranja y el mundo en silencio, esperando para escucharnos decir cualquier cosa... pero sabemos que no lo necesitamos, ¿qué más se puede decir?, ¿qué más se puede pedir cuando lo tienes todo, cuando sientes que hasta podrías alimentarte a base de miradas..? En ese momento nadie espera nada, porque no se puede tener nada más. Tú, yo, los pájaros rodeándonos en el cielo, deseando poder alcanzar la mitad de altura que alcanzamos nosotros cuando estamos juntos, cuando nos sentimos aunque sea a cien mil kilómetros, en cada segundo desde que me dijiste “te quiero”.
Y volver con las mariposas en el estómago, la sonrisa estúpida y las miradas al infinito que solo esperan cruzarse contigo, con un reflejo de ti en el cielo, en un rayo de sol; volver con todo lo que supone tenerte, con lo que supone siquiera poder hablarte, sentirte en un abrazo, o incluso poder mirarte durante horas mientras duermes...
Acariciarte el pelo mientras estamos aquí sentados, escuchándonos respirar, preguntándonos si habrá alguien que lo sienta así, si habrá alguien más que tenga la fortuna de haber encontrado aquello que buscaba, y que tenga, como nosotros, la certeza absoluta de que es así; alguien que haya descubierto que los sentimientos que antes consideraba intensos, no son más que una décima parte de lo que se puede sentir de verdad, de lo que siento cada vez que respiro tu perfume por la calle, cada vez que veo tu nombre escrito, cada vez que, sin ninguna explicación, decides pasarte por mi mente a hacerme una visita...
Pero ya se ha hecho de noche, tú no estás y yo sigo hablando con el aire, pensando en todo lo que podríamos ser y no somos, en cada segundo que pasamos juntos... y solo me queda la certeza de que respiramos el mismo aire, porque sé que estás aquí, y que algún día nos cruzaremos por la calle, nos miraremos y todo volverá a ser como antes, como aquellos días en los que de verdad nos mirábamos, en los que no había nada, solo tú y yo... solo nosotros, solo tú. :)
Y volver con las mariposas en el estómago, la sonrisa estúpida y las miradas al infinito que solo esperan cruzarse contigo, con un reflejo de ti en el cielo, en un rayo de sol; volver con todo lo que supone tenerte, con lo que supone siquiera poder hablarte, sentirte en un abrazo, o incluso poder mirarte durante horas mientras duermes...
Acariciarte el pelo mientras estamos aquí sentados, escuchándonos respirar, preguntándonos si habrá alguien que lo sienta así, si habrá alguien más que tenga la fortuna de haber encontrado aquello que buscaba, y que tenga, como nosotros, la certeza absoluta de que es así; alguien que haya descubierto que los sentimientos que antes consideraba intensos, no son más que una décima parte de lo que se puede sentir de verdad, de lo que siento cada vez que respiro tu perfume por la calle, cada vez que veo tu nombre escrito, cada vez que, sin ninguna explicación, decides pasarte por mi mente a hacerme una visita...
Pero ya se ha hecho de noche, tú no estás y yo sigo hablando con el aire, pensando en todo lo que podríamos ser y no somos, en cada segundo que pasamos juntos... y solo me queda la certeza de que respiramos el mismo aire, porque sé que estás aquí, y que algún día nos cruzaremos por la calle, nos miraremos y todo volverá a ser como antes, como aquellos días en los que de verdad nos mirábamos, en los que no había nada, solo tú y yo... solo nosotros, solo tú. :)
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